Uff cuando vi el título de éste blog, pensé “que conceptos más opuestos” mientras la planificación es definida como un proceso metódico que tiene un objetivo determinado y claro, donde racionalmente elegimos una estrategia para poder cumplir ese objetivo; el amor es aquel sentimiento irracional que te puede llevar a hacer las locuras más impensadas.
Entonces, ¿que pueden tener en común, estos conceptos tan contradictorios? Al principio pensé que absolutamente nada, pero es aquí es donde entendí que en el amor también hay objetivos: “quiero que esa persona guste de mi” “quiero pasar mi vida con esa persona” “quiero dejar de sufrir por ese amor no correspondido” “Quiero darle la mayor sorpresa de su vida” etc, etc. Y si hay un objetivo, puede haber planificación… ¿suena loco, cierto?
Tranquilas, no estoy diciendo que se pueda planificar “el sentimiento” eso es algo que no podemos controlar, pero si podemos planificar las acciones para cumplir los objetivos que deriven de ese sentimiento.
Obviamente en algo tan emocional que involucra a otras personas, hay factores externos que también tienen que ver con el resultado, pero me gusta pensar que, si me esfuerzo y soy contante, puedo lograr mi objetivo… Ahora ¿si no funcionó?, ¡está bien! Qué no se diga que no le puse empeño…
Por mi parte, empezaré a planificar el amor a mí misma, después de todo es el único tipo de amor, donde sólo dependo de mi para obtener resultados.
¡Feliz día de San Valentín!
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