Desde siempre me ha gustado organizar actividades, (aunque a veces no me funcione jajaja)

Bueno el tema es que hace muchos años atrás, me puse como meta organizar una gran actividad que debía reunir a bastante publico. Por supuesto, como buena capricorniana, planifiqué cada detalle. En mi cabeza tenia todo armado y con la ayuda de varias personas, trabajé con meses de anticipación en cada uno de ellos.

Llegó el gran día y me dispuse a armar el salón, yo toda una joven ilusionada, puse varias sillas para los asistentes (creo que eran más de 150) y allí sucedió lo único que no tenia pensado, una persona, que era mucho mayor que yo, me dijo “!pucha que te tenis fé! ¿de verdad piensas que va a venir tanta gente?” yo la escuche y sólo atiné de manera muy ingenua a sonreír…

Allí se me vino el mundo abajo, o mejor dicho mi evento (jajajajaja), ¡dudé de todo! En mi cabeza pasaron pensamientos como: “no va a venir nadie”, “vas a hacer el ridículo” “¡Cómo se te ocurrió imaginar que tu idea funcionaria!” Lo sé, tal vez exageré… pero debo mencionar que yo sólo tenia 16 años. En un par de minutos tuve que reaccionar y seguir… felizmente para mi historia el salón se llenó, incluso quedó gente de pie y mi actividad fue todo un éxito.

Ya en la tranquilidad de mi casa, pensé en esa persona y en su comentario, bastante malicioso, por decirlo de alguna manera, y llegué a la siguiente conclusión: !No había forma que mi evento saliera mal!, yo trabajé meses en él, cuidé cada detalle y me preocupé por mejorar todos los aspectos que podían salir mal; y fue allí que entendí!  Yo debía confiar en el trabajo que había realizado, en mis capacidades, en la visión que tenia del evento, o sea, yo debía…“Confiar en mí”

Tal como le paso a esa Kathy adolescente, todos podemos estar rodeados de factores que pueden dañar nuestra autoestima, miradas, comentarios, indirecta y acciones, que pueden hacernos dudar de lo que somos, de nuestras capacidades e incluso de nuestros conocimientos y es allí donde necesitamos tener la valentía de bloquear esas energías y decidir de una vez por todas, confiar en nosotros mismos o sea “Confiar en ti”

Confiar en que estás dando tu mejor esfuerzo; Confiar en que puedes mejorar lo que quieras mejorar; confiar en que, si estás mal, saldrás de ello y podrás encontrar la solución a tu problema; confiar en buscar la ayuda necesaria, si es que la necesitas; confiar en que tienes capacidades infinitas, las que puedes desarrollar pasito a pasito; confiar en que tu esfuerzo dará recompensas; Confiar que tus sueños se cumplirán si haces un plan para ello. No permitas que nada ni nadie te convenza de lo contrario.

Y sí, esa frase cliché, que muchas veces suena repetida e incluso un poco arrogante, tiene un real sentido cuando la tomas como una convicción… es por eso, que si empiezas a dudar de ti, mi recomendación es que te digas a ti misma, no importa lo que pase, yo siempre “confío en mí” y si te lo repites mirándote fijamente a un espejo ¡mucho mejor! 😉 después de todo, creo que por allí empieza todo o no?